Palabras de una Madre de Plaza de Mayo a 43 años de la primera ronda
Homenaje a las compañeras
Fueron sólo catorce mujeres desesperadas en busca de la verdad, las que iniciaron un difícil camino que hasta la fecha no ha tenido respuesta . Cada año que pasa las recordamos con más admiración. Se vivían entonces tragedias enmascaradas por relatos oficiales y oficiosos que aislaban a esas mujeres, pero ellas siguieron, obstinadas, sin claudicar y en desigual batalla.
Las madres no eran un grupo de propaganda partidaria, por el contrario, los principales partidos no querían escucharlas. Sólo pedían saber de qué se los acusaba y dónde estaban sus hijos, pero el terrorrismo de Estado, decidió el exterminio.
Ejemplo político si los hay, fueron esas mujeres que unidas por el dolor de sus hijos, estaban empeñadas en defender sus vidas, y su derecho a juicio. Pero nada de eso ocurrió. Anulada entre ellas toda diferencia, social, política, religiosa o cultural, hicieron escuela del vapuleado consenso, que aun hoy no fue logrado en los ejes del poder.
Entonces había que tener coraje, mientras muchos dormían la siesta, arropados por el no te metás. Estimuladas por la adversidad, las Madres buscaron incansablemente resortes legales y públicos para alcanzar su meta. Habeas corpus, marchas semanales en la plaza, con amenazas y violencia, presentación a delegados extranjeros, pedidos a organismos internacionales y religiosos, con enfrentamientos policiales y detenciones varias.
Hasta llegar a formar la constitución legal de la asociación en el año 1979, con la presencia de 20 Madres que pusieran su firma y su cabeza, en plena dictadura, ante escribano público, el 22 de agosto de ese año. A ellas quiero reconocer por ese valor que nadie acompañó entonces y que hoy es usufructo de políticas erráticas.
A nuestras Madres asesinadas Azucena Villaflor, Esther Careaga, María Ponce.